En Bolivia, el emprendimiento juvenil es una tendencia emergente que crece diariamente entre los jóvenes. Los jóvenes desarrollan diferentes ideas con el fin de testear y pivotear dentro del mercado, con el propósito de generar validaciones para sus propuestas. Es decir, buscan probar si su idea tendrá éxito al momento de poner en marcha algún negocio.
El emprendimiento tiene un efecto inmediato frente al desempleo juvenil, una problemática global que se verifica en los indicadores, en crecimiento año tras año, según el informe de Tendencias Mundiales del Empleo Juvenil 2017 publicado por la Organización Internacional del Trabajo (OIT), existen 70,9 millones de jóvenes desempleados.
En nuestro país, la tasa de desempleo general alcanza a un 2,5%, para un joven, la cifra se duplica y alcanza al 4,5%, y según datos publicados por CEDLA el desempleo juvenil alcanza un 70%, si se considera el acceso a un trabajo formal que incluya las cargas sociales correspondientes.
Asimismo, se debe mencionar los datos del Bono Demográfico, que demuestran que la mayoría de la población es joven. A nivel mundial, más del 50% de la población está en este rango; en nuestro país alcanza a un 40% de los habitantes, de acuerdo con información del Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA); estas cifras están proyectadas hasta 2060.
Por tanto, esta temática tiene dos factores importantes: el despempleo juvenil y el bono demográfico. Estos factores obligan a los jóvenes a buscar soluciones para superar sus problemas económicos, porque no pueden ingresar al mercado laboral. Por este motivo, el emprendimientos se convierte en una luz de esperanza para generar un autoempleo y, en un futuro, emplreo para otros jóvenes.
Además, se reconoce que emprender no es para todos debido a que las cualidades de persereancia y determinación, que se debe tener en ese rubro, dado que los fracasos son parte del camino no siempre están presentes en las personas.
Por otro lado, un joven tiene mayor probabilidad de éxito en un emprendimiento por sus dinamismo, creatividad e innovación, cualidades que pueden ayudarle a brindar soluciones cuando enfrenta un conflicto. Además, cuenta con mayor capacidad para afrontar un fracaso, para levantarse y seguir adelante.
Entonces, los emprendimientos juveniles deberán apuntar a generar ideas innovadoras para no saturar el mercado, puesto que algunos sectores comerciales se encuentran al límite. En Bolivia, existe un mercado potencial para la innovación de nuevos productos o servicios siendo un factor positivo para un joven emprendedor.
También, es importante que los emprendimientos emergentes apunten a una escalabilidad global, permitiendo que los negocios tengan expansión hacia otros países; para lograrlo, las ideas deberán responder a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) brindando soluciones innovadoras, porque se reconoce que las problemáticas son comunes a diversos países. Por tanto, la solución puede ser aplicada en otros lugares y, de esta manera, un emprendimiento tendrá la posibilidad de expandirse a otros países, promoviendo la marca Hecho en Bolivia a nivel internacional.
Hoy en día, los jóvenes emprendedores están transformando nuestra sociedad con sus ideas innovadoras. Éstas apuntan al desarrollo de las nuevas tecnologías y buscan dar respuesta a problemáticas sociales.
Para finalizar, se podría apoyar a los emprendimientos juveniles y fomentar la innovación con el fin de generar un mayor impacto positivo en la sociedad, permitiendo el surgimiento de ideas no convencionales y transformadoras que apunten al desarrollo del país. Los jóvenes tienen el potencial y la iniciativa, pero se necesita un mayor voto de confianza de la sociedad para potenciar el autoempleo juvenil.
“En nuestro país, la tasa de desempleo general alcanza a un 2.5%, para un joven, la cifra se duplica y alcanza al 4.5% de los habitantes en edad de acceder a un trabajo.”